Mi experiencia personal de como pude dejar la marihuana y el hachís
Durante años, mi vida estuvo rodeada de humo. No cualquier humo, sino el de algunos de los cogollos de las variedades de marihuana más potentes que puedes encontrar como Moby Dick, Amnesia, White Widow, AK-47, por mencionar algunas. Y por supuesto, no faltaba el hachís marroquí del bueno. Fumar porros se había convertido en una parte de mi rutina diaria, algo que al principio me ayudaba a desconectar, pero que con el tiempo, más que relajarme, me ataba a un ciclo del que no veía salida. Si te sientes identificado, déjame contarte cómo logré dejar el cannabis gracias al CBD.
No debemos olvidar nunca que el Cannabis es una medicina, ya que nuestro cuerpo está dotado de un sistema endocannabinoide, que como su nombre indica, es el encargado de absorver los diferentes cannabinoides que contiene la marihuana y el Cáñamo.
Por eso soy consciente de que debo conservarme con un nivel de tolerancia al THC bajo por si mi salud necesitara esta medicina, sin duda natural y eficaz para diferentes dolencias, situaciones o simplemente los achaques de la edad.
El comienzo. De la diversión a la dependencia
Recuerdo cuando todo empezó. Los porros eran parte de las reuniones con amigos, las risas, y la sensación de calma que llegaba tras un largo día de trabajo. Al principio, no lo veía como un problema. Pero lo que empezó como un hábito social, se fue convirtiendo en algo que necesitaba para casi todo. Fumaba al levantarme, al trabajar y antes de dormir. Lo que antes era una forma de disfrutar el momento, se transformó en una dependencia.
Las variedades como Amnesia o AK-47 son potentes, y no es un secreto que el hachís marroquí de primera te coloca bastante. Sí, esos primeros momentos eran de desconexión total, pero con el tiempo, esa desconexión me dejaba fuera de la realidad. Me daba cuenta de que estaba siempre buscando el siguiente porro para calmar la ansiedad que yo mismo había creado.
El momento de decir y pensar cada día. Tengo que parar
Tengo amigos que tienen más autocontrol y fuman esporádicamente o solo un porrito por la noche, pero desgraciadamente ese nunca fue mi caso.
Llega un momento en el que te das cuenta de que algo no está bien. En mi caso, fue cuando noté que ya no disfrutaba del mismo subidón que antes. Mi tolerancia había crecido tanto que necesitaba más para sentir lo mismo. Y lo peor, estaba más irritable cuando no fumaba. Dormía mal, me sentía inquieto, y el cannabis, que alguna vez me dio calma, se había convertido en una necesidad constante.
Fue entonces cuando empecé a investigar. No quería volverme loco con métodos agresivos. Sabía que dejar de fumar por completo sería un reto, y fue en ese momento cuando descubrí el CBD. Había escuchado que podía ayudar con la ansiedad y los síntomas de abstinencia del THC, el componente psicoactivo del cannabis. Decidí darle una oportunidad.
Mi experiencia con el CBD
El primer paso fue entender qué es el CBD. Para los que no están muy familiarizados, el CBD (cannabidiol) es un cannabinoide o compuesto que se encuentra en la planta de cannabis, pero a diferencia del THC, no te coloca. Lo que hace el CBD es equilibrar los efectos del cannabis, ayudando a reducir la ansiedad, mejorar el sueño y, según algunos estudios, también a controlar las ganas de fumarte otro que se generan al intentar dejar el THC.
Comencé con aceite de CBD, unas pocas gotas bajo la lengua antes de irme a dormir. Al principio, no estaba muy convencido, pero tras unos días, noté algo, dormía mejor. Ese insomnio que me atacaba cuando intentaba dejar los porros desapareció. Mis noches eran más tranquilas y, aunque no era el mismo «colocón» que me daba el hachís o la Moby Dick, esa paz me hizo ver que el CBD podía ser un buen sustituto.
Durante el día, cuando sentía la urgencia de fumarme un porro, me tomaba unas gotas de CBD. No es que el deseo de fumar desapareciera mágicamente, pero lo cierto es que me sentía más relajado y menos ansioso. Poco a poco, empecé a fumar menos. La necesidad constante de THC empezó a diluirse.
Fumar flores o hachís de CBD, un ritual sin adicción
Además del aceite, probé con flores y hash de CBD. Esta fue una parte importante de mi transición. El ritual de liar el porro y fumarlo es algo que muchos fumadores de cannabis echamos de menos al dejarlo. Las flores de CBD son una opción perfecta para eso. Sigues manteniendo el hábito de fumar, pero sin la sensación abrumadora que el THC te provoca. Fumas, te relajas, pero no te colocas.
La diferencia es notable, sin esa neblina mental que el THC me dejaba, empecé a estar más enfocado en mis actividades diarias. Fumar flores y hachís de CBD me ayudó a lidiar con la parte psicológica de la adicción, es decir, el acto físico de liar y fumar, sin los efectos nocivos, que ya tenía en ese momento para mí, el cannabis psicoactivo.
Los beneficios del CBD en mi vida
Después de algunas semanas usando CBD, no solo había reducido mi consumo de porros de manera significativa, sino que empecé a notar otros beneficios.
Menos ansiedad. Esa necesidad constante de «colocarme» para relajarme desapareció. El CBD me daba calma sin el subidón.
Mejor calidad de sueño. Dormía profundamente, algo que no había experimentado desde hacía años.
Más claridad mental. Mis días ya no estaban envueltos en una nube de THC. Sentía que podía concentrarme mejor en el trabajo y en mis relaciones.
Mejor control emocional. Con el cannabis potente, solía tener cambios de humor, sobre todo cuando no fumaba. El CBD estabilizó esos altibajos.
El camino no es fácil, pero es posible
Dejar los porros no es algo que suceda de la noche a la mañana. Tampoco quiero decirte que el CBD sea una cura mágica. Lo que sí puedo decirte es que es una herramienta muy útil. El proceso fue gradual, y hubo momentos difíciles, pero el CBD me ayudó a gestionar esos momentos de ansiedad y el impulso de volver al THC.
El truco está en ser constante y no rendirse a la primera. Al principio, puedes seguir teniendo esas ganas de fumarte uno, pero con el tiempo y el uso regular de CBD, notarás que tu cuerpo empieza a adaptarse, y ya no dependerás tanto del THC para relajarte.
¿El CBD es para ti?
Si estás buscando una forma de dejar los porros o reducir tu consumo, te recomiendo que pruebes el CBD. Ya sea en forma de aceite, flores, hash o comestibles, puede ser una herramienta que te ayude a hacer esa transición sin sufrir tanto en el proceso.
Recuerda, no tienes que hacerlo solo. El camino para dejar el cannabis es personal, pero si encuentras algo que te ayude como el CBD me ayudó a mí, puede ser mucho más llevadero. Yo estoy agradecido de haberlo probado, y hoy disfruto de una vida más tranquila y libre del ciclo constante de porros.
Si yo que me fumaba más de veinte porros diarios pude dejarlos, ¡tú también puedes!